Primera fila, primera mujer de izquierda a derecha. Ella es Sor Clara Inés de la Eucaristía. Fuente: página oficial Carmelitas Descalzas. 

El llamado de fe de una joven villaleyvana

Clara encontró su vocación en uno de los templos más visitados de Villa de Leyva. Desde allí dedica sus días a ayudar a la comunidad villaleyvana a través de la oración y el trabajo. 

“El viento que peina mi cabello
Soy todos los santos que cuelgan de mi cuello” 

-Calle 13, Latinoaméric a

El primer recuerdo grabado en su memoria es en el Templo Nuestra Señora del Carmen. Sus hermanos hacían una larga fila en el pasillo central junto a otros jóvenes listos para recibir la primera comunión. Clara Inés Ortega tenía tres años, algo que no es raro, porque con las preguntas correctas un ser humano puede recordar los sucesos que vivió desde los dos años y medio. En el caso de Clara, la pregunta se la hizo Dios: “¿quieres servir a mi lado y serme fiel para toda la vida?”, ella dijo que sí.                                                                                                                                               
"Fue un llamado a la eucaristía, a la fe, a la ayuda al prójimo. Yo era muy chiquita pero eso a mí nunca se me borró. Y pues, ¿una niña de tres años y medio qué puede entender? Pero Dios estaba ahí, él es más grande que todos y me hizo entender que yo era parte de su plan divino. Ahí me entró una sed de de Dios…".

Es la séptima de nueve hermanos. Recuerda las oraciones diarias que sus papás le enseñaron a recitar al desayuno, al almuerzo, en la cena y antes de irse a dormir. Nunca faltó a la misa de los miércoles, su favorita, en la que la fiesta alrededor de la virgen del Carmen y la virgen de Chiquinquirá, también conocida como Mamá Linda, empezaba a las 6 de la mañana y terminaba a las 9. El coro cautivaba su oído, la música la hacía bailar. Las flores, cintas y fotografías alrededor de la virgen la reconfortaban.

La fiesta religiosa que cautivó a Clara tiene origen en 1633 cuando Don Francisco Rincón Rosquillo, sacerdote andaluz, ideó la construcción del convento Carmelitano en Villa de Leyva. Las carmelitas descalzas ya habían llegado a Bogotá en 1606, sin embargo, la noticia de una Villa próspera y tranquila en la provincia de Tunja se había extendido por todo el Virreinato de la Nueva Granada.

Los bienes donados por Rincón Rosquillo para hacer realidad su idea fueron, según el inventario registrado, una casa cerca a la plaza principal de Villa de Leyva (donde ahora está el convento) con solares, huertas, patios y grandes habitaciones. Una hacienda de caña en la vereda de Moniquirá con servicios de trapiche, ganado y terrenos para sembrar maíz, trigo, fragua y jumentos. Con estos recursos en marcha pudo terminar de construir todo, y en 1645 varias hermanas carmelitas descalzas se internaron en el Templo Nuestra Señora del Carmen. 

Templo Nuestra Señora del Carmen 2023, Templo Nuestra Señora del Carmen años 70

Los siglos pasaron y ahí estaba Clara, admirando la grandeza de Mamá Linda.

"Fue gracioso porque aunque el llamado lo sintió a los tres años, por cosas de Dios no recibí la comunión sino hasta los 13, y la confirmación fue mucho después. Yo sabía que el señor me quería para él, pero yo le dije que me esperara, que yo quería estudiar, que quería ayudar a mis papás".

Estudió primaria y parte de bachillerato en la Escuela Normal Superior de Villa de Leyva. En ese momento era un internado femenino en los que una sóla profesora dictaba todas las materias de un salón, que iban desde matemáticas y ciencias hasta natación, poesía, danzas y confección. La maestra de Clara también era muy devota, la acompañaba en sus momentos de oración y estaba pendiente para resolver sus dudas sobre la historia de Jesús y la virgen. Terminó su bachillerato en la Escuela Anexa de Villa de Leyva y salió de allí hacia Tunja para estudiar Licenciatura en Matemáticas en la Universidad Pedagógica y Tecnológica de Colombia (UPTC). 

Nunca dejé de asistir a las fiestas religiosas de la Virgen del Carmen en julio. Recuerda que las fiestas eran concurridas incluso por personas de otros municipios, era un plan familiar y tranquilo en el que aprovechaban para ofrecer los mejores cultivos y reces a Dios ya la Virgen. Los llamaban “remates”, a los que también llegaban productos de huertas caseras. Sin embargo, las visitas ocasionales al pueblo no eran suficientes, la vocación de Clara no podía esperar más.

- Hice varios semestres y ya cuando iba terminando le dije a mis amigas: es ahora o nunca. Entonces me acerqué al monasterio, hablé con las hermanas, empecé mi proceso de seguimiento y experiencia y luego de un tiempo por fin ingresé a la comunidad -.

Altar   de la Virgen del Carmen en 2021 en el Templo Nuestra Señora del Carmen. Fue uno de los altares favoritos de Sor Clara Inés.  Créditos: Página oficial Carmelitas descalzas.

Al ingresar cambió su nombre por el de Sor Clara Inés de la Eucaristía y pudo dedicarse a lo que más ama: la oración. Su rutina consiste en distintos momentos para la reflexión, contemplación y conversación con Jesús, tanto en soledad como con sus compañeras internas. Sus oraciones no son por sí mismas, sino por toda la humanidad y los creyentes del mundo.

5:30 am: Laudes, un momento de oración para alabar al señor ya la virgen. 
6:00 am: Oración personal, pueden hacerla donde ellas deseen. Ya sea en la huerta, patio o sus propias habitaciones. 
7:00 am: Eucaristía.
7:40 am: Acción de gracias. 
8:00 am: Desayuno. 
8:30 am: Las hermanas realizan oficios varios en la huerta, celaduría, torno o cocina mientras las novicias tienen clases con padres carmelitas 
11:40 am: Cesta (es decir, momento de ofrenda a Dios). 
12:00 h: Ángelus y almuerzo. 
1:00 pm: Hora de recreación en la que pueden hablar entre ellas. Se reúnen a hacer escapularios que venden en las tardes para recoger recursos y mantenerse. Sor Clara Inés me explica que viven de eso y de la providencia divina, donaciones y ayudas que brindan a los creyentes. 
14:00 horas: Visita al santísimo y descanso.
14:30: Descanso en sus cuartos. Allí cada una hace lectura espiritual, pueden leer sobre grandes figuras del catolicismo, historia de la religión o libros sagrados. 
3:30 pm: Trabajo en alguno de los espacios del templo. 
4:00 pm: Clase con los padres carmelitas y hermanas de otras comunidades para fortalecer la espiritualidad (esto es los lunes, martes y viernes) si no hay clase, siguen en sus trabajos. 
17:00 horas: Vísperas y oración personal. 
17:30 horas: Oficio de lectura personal. 
18:00 horas: Oración. 
19:00 horas: Recreación y cena. 
8:00 pm: Oración conjunta y fin de la jornada.

En algunas partes de la jornada Sor Clara Inés de la Eucaristía tiene horas intermedias en las que reza y repasa algunos salmos con su Breviario. Sin embargo, al igual que cuando era niña, su momento favorito sigue siendo la eucaristía porque, al igual que aquel día de comunión, la música, palabras y decoraciones la sumergen en el misterio del señor. 

"Yo soy absolutamente feliz y plena. No cambiaría por nada ni sería capaz de vivir otro estilo de vida. Es como si me quitara el apellido de familia, es imposible, yo soy Ortega. Y así como nací Ortega, que es la sangre que corre con mis venas, también pasa con mi vocación; yo nací carmelita descalza. No sería capaz de ser otra cosa, sería como si a una manzana le pidieran que fuera Naranja o Pera".

 Actualmente, Sor Clara Inés es la priora del Templo Nuestra Señora del Carmen. Es decir, la superiora dentro de la comunidad, quien ayuda a otras personas a encontrar su vocación, a encontrar a Jesús en la oración ya encontrar la paz que buscan quienes visitan el templo. También aclara que encontró su lugar en el templo de Villa de Leyva porque no es lo mismo ser carmelita en él que serlo en Sopó, en Bogotá o en Sibundoy. Aquí tiene a su familia y habita el templo en el que Dios la llamó por primera vez.

"Ahorita tenemos un gran reto con respecto a la fe y lo sabemos. Ya no se acercan tanto los jóvenes, y no porque sean malos, sino porque viven en un mundo que les exige demasiado y les pone presiones para alcanzar altas expectativas de realización humana. Lo que nosotras tenemos que hacer es brindar espacios de paz y tranquilidad en los que los jóvenes puedan venir a sentirse seguros, y eso es bonito porque de por sí Villa de Leyva ya es así, tranquilo, y trabajamos para que este templo de Dios también lo sea". 

Todo este tiempo hablamos a través de un torno porque Sor Clara Inés de la Eucaristía vive una vida de claustro en la que se encierra con Dios y con la virgen. Es momento de retirarse porque la oración de las 5:00p.m. se acerca. 

Cada miércoles y jueves la puerta lateral del Templo Nuestra Señora del Carmen está abierta para quien necesite ayuda espiritual o quiera ayudar a las hermanas carmelitas a seguir en oración comprando sus rosarios y manillas. El trabajo de fe en Villa de Leyva es una tradición que, a pesar del paso de los años, sigue estando vigente para los raizales y visitantes.